Me aburrí de los cuentos de nunca acabar...

Y pueden darle todos los sentidos que gusten, que de todas maneras, encaja perfecto.
Lo hago general, los que se tengan que hacer cargo, adelante:
Es un tiempo de cambios y como bien dice el título, me cansé de los cuentos de nunca acabar.
Tampoco me gustan los "cuentos de hadas", si ya de niña me costaban, ahora, me resultan hasta graciosos. El vuelo, la imaginación y creación, las pongo en otro lado y ese ya es otro tema.
No estoy para sostenerle la vela a nadie, eso seguro.
Las historias poco consistentes y tiradas de los pelos ya no me divierten, ni mueven. Y el coqueteo eterno, menos.
El "casette" me lo aprendí de punta a punta de la cinta y el monito que estaba dentro de la caja que bailaba y aplaudía mientras el viejo le daba cuerda al ritmo de: "tatunda, tatunda, tatunda, tatunda...", se consiguió un laburo en el circo!, ja.
Me cansé de darle cuerda a la cajita musical para ver a la bailarina dar vueltas sobre sí misma sobre el espejo al compás de la música.
Se sabe que me gustan las cosas que se mueven, mutan, cambian.
Esto ya es un "clishé".
Nunca me gustaron las calesitas, eso de dar vueltas y vueltas para tratar de robarle al viejo la sortija o llave, nah.
Y podría seguir infinitamente...Pero, los voy a aburrir (aunque se me acaban de ocurrir unas muy buenas, je).
Así que, querido/s, o muta/n o ha sido un gusto pasado.
La abuela de una amiga siempre decía: "verse es quererse", "querer es poder", "a las relaciones hay que regarlas día a día como a las plantas, para que florezcan".
Y de esto se trata, de construir, de alimentar, de querer, de beber (?), de acompañar, de compartir, de jugar, de pasarla bien, de placer. No de conformar y mantener algo que no se sostiene solo.
Y me cansé de escribir, je.
Y puede ser que tenga los patitos en fila, pero, estoy más real que nunca.
Besos y abrazos.
(Ojalá cambie algo o no...Veremos)