Mirando el techo.

O un relato acerca de la nada..

Mientras escucho Chopin, Nocturno (sí, la "rolinga pendenciera" también escucha Chopin) agarro mi nuevo libro, como siempre leo la última página, claro que nada me dice. Me pregunto si ya lo leí, lo busco y no lo encuentro, sí, "El libro de los amores ridículos" de Kundera, gracias Pala.
Miro mi bolso, trato de recordar los maquillajes que hice hoy (los solistas creerán que mañana me saldrán igual..Error), se que tengo que lavar pinceles y esponjas mañana.
Recuerdo las áreas de Puccini, qué bellas!! y el saludo final, ahhh!. Qué linda ópera. Es más, me se la parte de Georggeta, ja.
Pienso en el corto y en Narciso y me pone loca no saber qué voy a hacer...
Bueno, me levanto y miro mail, me fumo un cigarro, mientras (para digerirlos mejor). Basta de cancelar y pasar ensayos!..Hum..
ME acuesto, la espalda me está matando, trato de recordar la relajación de yoga...Hum...no me sale...Voy a ir a aquella osteópata a ver si me arregla la lordosis y escoleosis...Si me deja paralítica, le hago juicio. Millonaria y paralítica y dueña de un teatro!!. Total, tela voy a poder hacer, eso sí, la espalda me va a quedar aún más grande que ahora.
Mensaje en el celu..Che, déjense de joder, no es hora de mensajes, aunque me acueste tarde. Que espere hasta mañana.
Mejor me pongo el despertador, porque sino, mañana me voy a querer matar.
Un dos de oro en los ojos, uff, siempre lo mismo. Ya se me voy a hacer unos mates, boceto algo y me como un cachafaz de chocolate y de paso, lavo pinceles, algo menos para mañana.
Habrá Flexicamín?, no, no...Qué pastera!. Ya va a pasar.

Nota mental: Dejar de escribir pavadas y tratar de dormir!. Llevar cámara de fotos, mañana. Y no comer "sanguches" en público si no llevaste tu respectivo cepillo dental. Tampoco hacer bromas desagradables diciendo: "Nunca viste un accidente tren y sus muertos entre los fierros??", acto siguiente: mostrar los dientes con brackets, llenos de comida enganchada. En fin...


à nous la liberté!!!!!

Au revoir!
Amélie Mía Diké
(entre bambalinas)